Alfredo Miroli es desde ayer “Profesor Honorario” de la Universidad Nacional de Tucumán. El título fue entregado en un acto que fue presidido por el rector de esa casa de altos estudios, ingeniero Sergio Pagani, y del cual participó también el decano de Medicina, Mateo Martínez.
La ceremonia se realizó en el rectorado y allí Pagani dijo sentirse complacido por entregar el título a Miroli, lo que consideró “un gran y merecido homenaje para nuestra universidad". A su turno, Martínez resaltó el compromiso con la enseñanza y su impacto en áreas críticas como el VIH y la drogadependencia del homenajeado. "En vez de cultivar una brillante carrera científica y promisoria como la tenía, se dedicó a dar lo que sabía generosamente a todo el mundo, y sobre todo a la franja de los jóvenes", dijo.
A su turno, MIroli, visiblemente emocionado remarcó su amor por la docencia. “Uno siente que ha sido mimado por la universidad que me engendró, que me cobijó, que me formó, y a la que sigo perteneciendo y amando intensamente”, dijo. También agradeció a su padre y habló de la importancia de impartir conocimiento. Luego se realizó la firma en el Libro de Oro de la UNT.
Martínez se encargó de hacer una semblanza del homenajeado y destacó las investigaciones realizadas en instituciones en Inglaterra y Estados Unidos, con las que contribuyó significativamente al campo de la inmunología, la medicina estética y la reparación del envejecimiento prematuro. Recordó los roles importantes en la academia y el gobierno, incluyendo su labor como director científico y su participación en programas nacionales e internacionales de salud, así como su extensa obra académica y su influencia en temas de salud pública, como las drogas y el VIH/SIDA, que han sido ampliamente reconocidas y premiadas.
Hace pocas semanas, en una entrevista con LA GACETA, Miroli se refirió a este reconocimiento: “Es muy lindo porque primero yo amo la docencia. Si vos me decís ¿cómo te gustaría, Alfredo, que te recuerden?, a mí me gustaría que me recuerden como un gran maestro. Como maestro de la medicina, como una persona que se preocupó por enseñar y que los vericuetos de la inmunología, de la genética, de la biología, de la neurología, sean entendidos. No solo por colegas, sino también por el público general. Esa es mi pasión y la hago con muchísima alegría y entusiasmo. Entonces, que la Universidad, la Facultad de Medicina, me haya designado maestro de la medicina, integrante del Consejo de Maestros, es una distinción muy especial porque te reconocen como docente. Y que ahora, el Rectorado de la Universidad me reconozca como profesor honorario, son caricias para alguien que ama la docencia”, aseguró.